Hay tres principios de diseño que son fundamentales para el Grand Seiko Style. La primera es: “El diseño está hecho de superficies planas y curvas bidimensionales, con el foco puesto firmemente en las superficies planas. Como regla general, no se deben utilizar curvas tridimensionales”. En lugar de utilizar superficies tridimensionales curvas, el Grand Seiko Style se compone de superficies extremadamente afiladas y planas formadas a partir de secciones cónicas. El rico "brillo de la calidad" proviene de los contrastes entre la luz y la sombra que crean estas superficies fuertes. El segundo principio es: "Todo en la caja, la esfera y las manecillas debe tener tantas superficies planas como sea posible". Para realzar el contraste entre los elementos y aumentar la legibilidad del reloj, la mayor cantidad posible de áreas de la superficie se hacen planas, y las líneas de la caja, la esfera y las manecillas son multifacéticas. El tercer principio es: "Todas las superficies, como regla general, deben estar pulidas como un espejo y estar tan libres de distorsiones como sea posible". Este acabado de espejo aumenta aún más el contraste entre la luz y la sombra, creando un reloj brillantemente centelleante. El acabado de espejo se logra mediante la técnica de pulido Zaratsu, en la que las superficies se pulen hasta que estén libres de distorsiones y haciendo que los bordes donde las superficies planas se encuentran con los planos inclinados se destaquen claramente para crear una impresión nítida. Luego, con un lado de la caja y una pared del bisel hacia adentro, se proyectan hermosas sombras no solo para producir destellos expresivos, sino también para hacer que el reloj se vea más delgado en la muñeca. La corona está medio empotrada en la caja para darle a su costado un aspecto menos molesto y lograr un ajuste cómodo para todos los tamaños de muñeca.

Luz, sombra y líneas fuertes. Estos tres elementos formaron la piedra angular del Grand Seiko Style pero, antes de que pudiera realizarse, se requería un nuevo nivel de precisión en la fabricación y se produjo a través de un cambio en la forma en que se realizaban las mediciones. Seiko había estado usando una unidad especial llamada "ligne", que era el estándar principal en la industria relojera pero, en 1961, Seiko comenzó a usar el milímetro como base para todas las medidas. Esto resultó en un cambio en la unidad mínima de 1/4 de línea (aprox. 0,56 mm) a 0,1 mm, lo que permitió un diseño más preciso de la caja del reloj y los componentes exteriores. Este cambio en el estándar de la unidad dimensional fue particularmente útil para realizar el Grand Seiko Style en el que se yuxtaponen superficies planas y líneas rectas y se necesitaba una precisión milimétrica en la fabricación para lograrlo. Este cambio también exigió nuevos niveles de habilidad por parte de los artesanos y artesanas de Grand Seiko, ya que fue excepcionalmente desafiante materializar un diseño con los laterales de la caja en forma de un elegante arco, así como índices y manecillas con un acabado tallado multifacético. En particular, la técnica de pulido Zaratsu requería una alta sensibilidad en la punta de los dedos para adaptarse al calor, las vibraciones y la reducción del material de pulido y, al mismo tiempo, visualizar el resultado final. Se dijo en ese momento que se requería al menos 10 años para dominar esta técnica por completo y su uso representaba una gran inversión en las habilidades y el número de artesanos.