Un nuevo equipo con nuevas soluciones.
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El calibre 9S acepta el desafío de 10 alternancias
En pocas palabras, hay dos formas de mejorar la precisión de un reloj mecánico: agrandar el diámetro de la rueda de pilares, que controla la precisión, o aumentar el número de alternancias. Sin embargo, el tamaño del volante siempre estará limitado por el tamaño del reloj. Por otro lado, aumentar el número de alternancias reduce la reserva de marcha y también dificulta el mantenimiento del aceite que protege las piezas del desgaste. ¿Se debería hacer, entonces? Con esta pregunta, el desafío a afrontar era claro cuando comenzó el proyecto para refinar aún más la precisión del calibre 9S.
"Ve a por ello." Hisashi Fujieda, un joven ingeniero que todavía tenía 20 años, recuerda la emoción que sintió cuando su jefe le dijo esas palabras. Se dedicó a analizar varios movimientos del pasado, analizó los enormes volúmenes de datos técnicos de la compañía y buscó la aclaración de los ingenieros superiores cuando había algo que no entendía. Basado en este trabajo, y con la cooperación de la división de prototipos con sede en Morioka, pudo crear modelos experimentales de un movimiento mecánico de 10 alternancias. A través de este proceso, los planos para un nuevo movimiento de alta precisión comenzaron a tomar forma en la mente de Fujieda.
La tarea en cuestión era cómo superar las contradicciones. El camino recto y fácil hacia la realización práctica de una mayor precisión, era aumentar las oscilaciones de la rueda de pilares. Pero también fue crucial para evitar cualquier reducción de la reserva de marcha y garantizar la retención de aceite, para seguir manteniendo la durabilidad del movimiento también. Se sabía que la pérdida de aceite lubricante conducía a la fragilidad en un movimiento de 10 alternancias y, por lo tanto, debía evitarse a toda costa. Para realizar un movimiento de 10 alternancias digno del nombre Grand Seiko, este desafío tuvo que cumplirse sin comprometer ninguno de los elementos necesarios de un reloj de uso diario.
Había dos claves para lograr este objetivo; primero, el desarrollo de nuevos materiales para los dos resortes que gobiernan la potencia y precisión del reloj y, segundo, la mejora de las propiedades de retención de aceite del escape utilizando una nueva tecnología de mecanizado que podría ofrecer mayores niveles de precisión. Tomó tiempo, pero el equipo hizo avances en ambas áreas que llevaron al nacimiento del calibre 9S85 en 2009 Este logro también significó que el testigo se había pasado con éxito a una nueva generación de diseñadores de relojes, en cuyas manos el desarrollo de los movimientos mecánicos de Grand Seiko para el siglo XXI estaría aseguro.
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