Un cristal de cuarzo y una espiral

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El primer reloj con calibre 9F. Sus manecillas largas y elegantes trajeron el ADN de diseño de Grand Seiko al reloj de cuarzo.

Un cristal de cuarzo y una espiral

El primer reloj con calibre 9F. Sus manecillas largas y elegantes trajeron el ADN de diseño de Grand Seiko al reloj de cuarzo.

Manecillas que muestran la hora exacta

Cuando se lanzó el calibre 9F, el equipo de desarrollo, liderado por Kuniharu Natori, había creado muchos componentes de los cuales estar orgulloso, pero se dijo que Natori, sorprendentemente, estaba muy orgulloso del uso en su nuevo movimiento de un muelle helicoidal tradicional.

Por "muelle helicoidal", ¿se refería a un muelle real, como los que accionan los relojes mecánicos? ¿O una espiral, que está unida al volante de un reloj mecánico para controlar la precisión del movimiento? En cualquier caso, ¿qué hacía un muelle en un movimiento de cuarzo? La respuesta era que Natori había construido una espiral en el calibre 9F para eliminar el temblor del segundero causado por el juego o la reacción entre los dientes de la rueda en un reloj de cuarzo normal. Si bien es casi indetectable a simple vista, este estremecimiento en el segundero ofendía la sensibilidad de Natori y su equipo, ya que, en su opinión, no haría justicia al calibre extremadamente preciso que estaban creando.

Todos los movimientos de cuarzo en ese momento avanzaban segundero en incrementos de un segundo, una característica que acentuaba la visibilidad de cualquier estremecimiento de la manecilla. Además, cuanto más larga era, más se amplificaba la vibración en cada tic y, para garantizar una legibilidad perfecta, el equipo de desarrollo quería que el segundero del calibre 9F fuera tan larga como las de los relojes mecánicos de Grand Seiko. Entonces, se creó un nuevo mecanismo. Se llamó “Mecanismo de ajuste automático de contragolpe” e implicó la adición de una pequeña espiral al tren de engranajes, una solución ingeniosa que permitió que el segundero se detuviera de inmediato y sin vibraciones.

El equipo de desarrollo llamó al movimiento preciso de la manecilla, o su indicación de precisión, el “Tachiifurumai de la manecilla”. Esta palabra (“modales”, en japonés) expresa la idea de que alguien o algo tenga un estilo característico, “grácil”, aparentemente sin esfuerzo. Para un calibre que lograría una precisión tan notable, el equipo pensó que era correcto que los movimientos de las manecillas y el calendario mostraran la misma alta precisión. Este orgullo en su creación llevó a los ingenieros a desarrollar varios mecanismos nuevos que mejorarían la precisión y el rendimiento de su nuevo calibre, uno de los cuales fue el mecanismo de ajuste automático de reacción.

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