La historia de Grand Seiko en diez capítulos. Vol.6 Spring Drive. El sueño de un ingeniero que tardó 28 años en realizarse.

SUEÑO Un tipo de reloj completamente nuevo, nacido de la fusión de lo mejor en relojería tradicional y de alta tecnología.

La era del cuarzo comenzó el día de Navidad de 1969, cuando el Seiko Quartz Astron se reveló por primera vez y marcó el comienzo de una ola de desarrollo tecnológico que, en los años siguientes, revolucionó la relojería. En 1977, Seiko lanzó el primer reloj analógico solar y, en 1973, el primer reloj digital LCD. Sin importar cuán avanzados eran estos desarrollos, estuvieron, indudablemente, a la altura de un sueño sostenido por un joven ingeniero en Seiko Epson llamado Yoshikazu Akahane. Se unió a Seiko poco después del lanzamiento de Astron, vio las ventajas de los relojes mecánicos y de cuarzo y soñó que, un día, podría crear un reloj que ofreciera la precisión del cuarzo sin depender de las baterías, la luz, las ondas de radio o cualquier otra fuente de emergía o señal. Lo que soñó, fue un reloj que combinara lo mejor de las dos grandes tecnologías de cronometraje, mecánica y de cuarzo. Le llevó casi tres décadas, pero, al final, su sueño se hizo realidad con el Spring Drive, un reloj en el que un regulador electrónico controla un movimiento mecánico.

Basado en las ideas de Akahane, Seiko Epson presentó una patente para esta tecnología en 1978, pero él y su pequeño equipo encontraron extremas dificultades en su aplicación práctica. Se dieron cuenta que, aunque la idea era perfectamente viable, tendrían que hacer grandes avances en todos los aspectos de las tecnologías existentes para realizar tal reloj. Para activar un cristal de cuarzo utilizando la energía generada a través de un movimiento mecánico, la eficiencia de generación de energía tuvo que ser mejorada en cantidades masivas, a la vez que el consumo de energía del circuito integrado debía reducirse considerablemente. Al principio, el progreso fue lento, pero gracias a los avances realizados en otras áreas, incluida la creación de Seiko Kinetic en 1988, lo imposible comenzó a ser previsible. Desde finales de la década de 1990, el ritmo de la investigación y el desarrollo progresó más rápidamente y la compañía puso todos sus recursos en el proyecto. Lo que había comenzado como el sueño de un hombre ahora era una prioridad para toda la empresa.

El reloj que se conocería como Spring Drive se convertiría en realidad. El ochenta por ciento de los componentes eran exactamente los mismos que en un reloj mecánico de alto grado. Solo el regulador era diferente, y se le dio el nombre de Tri-synchro, destacando la forma única en que tres formas de energía, mecánica, eléctrica y electromagnética, se aprovecharon para impulsar el movimiento. En 1998, por desgracia, Yoshikazu Akahane falleció, un año antes de que se revelara su notable reloj y, por lo tanto, antes de que su ingenio fuera reconocido por la recepción abrumadoramente positiva que recibió Spring Drive. Otras compañías lo habían intentado, pero solo él y su equipo obtuvieron éxito.

La primera generación de Spring Drive utilizó un movimiento de cuerda manual que fue un triunfo técnico y comercial. Por supuesto, el equipo de diseño siempre había puesto sus miras más altas y, para ser merecedor del nombre Grand Seiko, se sintió que Spring Drive debía tener la capacidad de ser enrollado automáticamente. El equipo se puso a trabajar para desarrollar el calibre que se llamaría 9R y que impulsa todos los relojes Grand Seiko Spring Drive hoy.

El movimiento de la muñeca da cuerda al volante. La energía del volante se convierte en electricidad. El circuito de cuarzo controla con precisión la velocidad de rotación de los engranajes, que luego mueven las manecillas. Este mecanismo es un movimiento completamente autónomo y de alta precisión, que termina con el gran dilema del mundo de la relojería: hasta Spring Drive, la muy apreciada autonomía de los relojes mecánicos venía con la desventaja de una precisión de cronometraje relativamente baja, mientras que la precisión del cuarzo solo estaba disponible en un reloj que requería una batería. Spring Drive resolvió este dilema y, por fin, entregó lo mejor de ambos mundos relojeros.

SUEÑO Un tipo de reloj completamente nuevo, nacido de la fusión de lo mejor en relojería tradicional y de alta tecnología.

La era del cuarzo comenzó el día de Navidad de 1969, cuando el Seiko Quartz Astron se reveló por primera vez y marcó el comienzo de una ola de desarrollo tecnológico que, en los años siguientes, revolucionó la relojería. En 1977, Seiko lanzó el primer reloj analógico solar y, en 1973, el primer reloj digital LCD. Sin importar cuán avanzados eran estos desarrollos, estuvieron, indudablemente, a la altura de un sueño sostenido por un joven ingeniero en Seiko Epson llamado Yoshikazu Akahane. Se unió a Seiko poco después del lanzamiento de Astron, vio las ventajas de los relojes mecánicos y de cuarzo y soñó que, un día, podría crear un reloj que ofreciera la precisión del cuarzo sin depender de las baterías, la luz, las ondas de radio o cualquier otra fuente de emergía o señal. Lo que soñó, fue un reloj que combinara lo mejor de las dos grandes tecnologías de cronometraje, mecánica y de cuarzo. Le llevó casi tres décadas, pero, al final, su sueño se hizo realidad con el Spring Drive, un reloj en el que un regulador electrónico controla un movimiento mecánico.

Basado en las ideas de Akahane, Seiko Epson presentó una patente para esta tecnología en 1978, pero él y su pequeño equipo encontraron extremas dificultades en su aplicación práctica. Se dieron cuenta que, aunque la idea era perfectamente viable, tendrían que hacer grandes avances en todos los aspectos de las tecnologías existentes para realizar tal reloj. Para activar un cristal de cuarzo utilizando la energía generada a través de un movimiento mecánico, la eficiencia de generación de energía tuvo que ser mejorada en cantidades masivas, a la vez que el consumo de energía del circuito integrado debía reducirse considerablemente. Al principio, el progreso fue lento, pero gracias a los avances realizados en otras áreas, incluida la creación de Seiko Kinetic en 1988, lo imposible comenzó a ser previsible. Desde finales de la década de 1990, el ritmo de la investigación y el desarrollo progresó más rápidamente y la compañía puso todos sus recursos en el proyecto. Lo que había comenzado como el sueño de un hombre ahora era una prioridad para toda la empresa.

El reloj que se conocería como Spring Drive se convertiría en realidad. El ochenta por ciento de los componentes eran exactamente los mismos que en un reloj mecánico de alto grado. Solo el regulador era diferente, y se le dio el nombre de Tri-synchro, destacando la forma única en que tres formas de energía, mecánica, eléctrica y electromagnética, se aprovecharon para impulsar el movimiento. En 1998, por desgracia, Yoshikazu Akahane falleció, un año antes de que se revelara su notable reloj y, por lo tanto, antes de que su ingenio fuera reconocido por la recepción abrumadoramente positiva que recibió Spring Drive. Otras compañías lo habían intentado, pero solo él y su equipo obtuvieron éxito.

La primera generación de Spring Drive utilizó un movimiento de cuerda manual que fue un triunfo técnico y comercial. Por supuesto, el equipo de diseño siempre había puesto sus miras más altas y, para ser merecedor del nombre Grand Seiko, se sintió que Spring Drive debía tener la capacidad de ser enrollado automáticamente. El equipo se puso a trabajar para desarrollar el calibre que se llamaría 9R y que impulsa todos los relojes Grand Seiko Spring Drive hoy.

El movimiento de la muñeca da cuerda al volante. La energía del volante se convierte en electricidad. El circuito de cuarzo controla con precisión la velocidad de rotación de los engranajes, que luego mueven las manecillas. Este mecanismo es un movimiento completamente autónomo y de alta precisión, que termina con el gran dilema del mundo de la relojería: hasta Spring Drive, la muy apreciada autonomía de los relojes mecánicos venía con la desventaja de una precisión de cronometraje relativamente baja, mientras que la precisión del cuarzo solo estaba disponible en un reloj que requería una batería. Spring Drive resolvió este dilema y, por fin, entregó lo mejor de ambos mundos relojeros.

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A la izquierda está el primer reloj Spring Drive del mundo, nacido en 1999, que lleva el calibre 7R68 de cuerda manual. Tenía un indicador de reserva de marcha en la posición de las 10 en punto. A la derecha se encuentra la primera creación de Grand Seiko Spring Drive, lanzada en 2004. Utiliza el calibre de cuerda automática 9R65, con una reserva de marcha de 72 horas.

1982
Spring Drive de cuerda manual
Primera muestra

Se mejoró el movimiento mecánico, pero los problemas de gestión de la energía se mantuvieron, como lo demuestra la enorme bobina. Como era necesario reducir el tamaño del circuito electrónico y la reserva de marcha era de solo 10 horas, esta ruta de desarrollo no se seleccionó.

1993
Spring Drive de cuerda manual
Segunda muestra

Se mejoró el movimiento mecánico, pero los problemas de gestión de la energía se mantuvieron, como lo demuestra la enorme bobina. Como era necesario reducir el tamaño del circuito electrónico y la reserva de marcha era de solo 10 horas, esta ruta de desarrollo no se seleccionó.

1999
Spring Drive de cuerda manual

Calibre 7R68, completado en 1999. La caja y la esfera le daban un acabado exquisito a este reloj, el primero que demostró que Spring Drive era un reloj de prestigio con un movimiento de valor duradero y altos valores de artesanía. El fondo de caja transparente permitía una visión clara del movimiento, cuya singularidad era evidente, por la rueda de deslizamiento, que giraba exactamente ocho veces por segundo.

1982
Spring Drive de cuerda manual
Primera muestra

Se mejoró el movimiento mecánico, pero los problemas de gestión de la energía se mantuvieron, como lo demuestra la enorme bobina. Como era necesario reducir el tamaño del circuito electrónico y la reserva de marcha era de solo 10 horas, esta ruta de desarrollo no se seleccionó.

1993
Spring Drive de cuerda manual
Segunda muestra

Se mejoró el movimiento mecánico, pero los problemas de gestión de la energía se mantuvieron, como lo demuestra la enorme bobina. Como era necesario reducir el tamaño del circuito electrónico y la reserva de marcha era de solo 10 horas, esta ruta de desarrollo no se seleccionó.

1999
Spring Drive de cuerda manual

Calibre 7R68, completado en 1999. La caja y la esfera le daban un acabado exquisito a este reloj, el primero que demostró que Spring Drive era un reloj de prestigio con un movimiento de valor duradero y altos valores de artesanía. El fondo de caja transparente permitía una visión clara del movimiento, cuya singularidad era evidente, por la rueda de deslizamiento, que giraba exactamente ocho veces por segundo.

COLUMNA

Spring Drive de bobinado automático, 2004.

El desarrollo del Spring Drive de bobinado automático comenzó en 1998 y alargó seis años. En 2002, se decidió utilizar este movimiento en Grand Seiko y los niveles requeridos de precisión, reserva de marcha y acabado se elevaron de acuerdo con los estándares técnicos que debían cumplirse. La versión final se completó en 2003 y en septiembre de 2004, se lanzó en Grand Seiko.

* Algunos de los relojes que se muestran en esta página tienen especificaciones diferentes que en el momento del lanzamiento.