La historia de Grand Seiko en diez capítulos Vol.9 Del cronometraje deportivo a un cronógrafo de alta precisión.
CRONÓGRAFO El siguiente reto de Grand Seiko: Desarrollando el cronógrafo
La alta precisión es un aspecto crucial para el ADN de Grand Seiko, por lo que era natural que a principios de la década del año 2000, el equipo de Grand Seiko quisiera crear un cronógrafo como su primera “complicación” real. El equipo disponía de toda la experiencia necesaria para hacerlo realidad gracias a la larga historia de la compañía al frente de dos áreas claves de la horología, el cronometraje deportivo y la fabricación de cronógrafos mecánicos Seiko.
Seiko había sido el cronometrador oficial en un total de seis Juegos Olímpicos, iniciando con Tokio 1964 y Sapporo 1972 continuando con Barcelona 1992, Lillehammer 1994, Nagano 1998 y Salt Lake City 2002. Esta fue una responsabilidad que requirió de capacidad tecnológica del más alto nivel y una completa comprensión de las exigencias del cronometraje deportivo de todas clases, y así como por supuesto, el cronómetro de tiempo transcurrido, fue desde el inicio, una parte esencial del servicio de cronometraje. En los Juegos Olímpicos de Tokio, los cronómetros mecánicos de mano de Seiko habían sido muy elogiados por su precisión, por lo que el siguiente paso lógico era ver si el mismo nivel de precisión podía ser logrado en un reloj de pulsera. El año 1969, fue un año en el que Seiko logró varios avances mundiales, se creó el primer cronógrafo automático con fecha diaria del mundo y el cronometrador de velocidad deportivo Seiko 5. El calibre 6139 llevó a la muñeca la precisión del cronometraje deportivo de clase mundial con el uso de un embrague vertical que transmitía la energía al mecanismo del cronógrafo. Este sistema sigue siendo hoy día el estándar de referencia y es utilizado en todos los mejores cronógrafos porque previene que el segundero salte cuando se inicia el cronómetro.
Con tal historia, era normal que el equipo de Grand Seiko quisiera crear un movimiento cronógrafo. Sin embargo, los estándares de precisión, operatividad y legibilidad de Grand Seiko eran indudablemente altos y ninguna tecnología existente permitiría la creación de un cronógrafo que pudiera cumplirlos. La idea fue apartada durante muchos años hasta que, en 1999, se creó Spring Drive, un desarrollo que abrió nuevas oportunidades para un cronógrafo de lujo.
CRONÓGRAFO El siguiente reto de Grand Seiko: Desarrollando el cronógrafo
La alta precisión es un aspecto crucial para el ADN de Grand Seiko, por lo que era natural que a principios de la década del año 2000, el equipo de Grand Seiko quisiera crear un cronógrafo como su primera “complicación” real. El equipo disponía de toda la experiencia necesaria para hacerlo realidad gracias a la larga historia de la compañía al frente de dos áreas claves de la horología, el cronometraje deportivo y la fabricación de cronógrafos mecánicos Seiko.
Seiko había sido el cronometrador oficial en un total de seis Juegos Olímpicos, iniciando con Tokio 1964 y Sapporo 1972 continuando con Barcelona 1992, Lillehammer 1994, Nagano 1998 y Salt Lake City 2002. Esta fue una responsabilidad que requirió de capacidad tecnológica del más alto nivel y una completa comprensión de las exigencias del cronometraje deportivo de todas clases, y así como por supuesto, el cronómetro de tiempo transcurrido, fue desde el inicio, una parte esencial del servicio de cronometraje. En los Juegos Olímpicos de Tokio, los cronómetros mecánicos de mano de Seiko habían sido muy elogiados por su precisión, por lo que el siguiente paso lógico era ver si el mismo nivel de precisión podía ser logrado en un reloj de pulsera. El año 1969, fue un año en el que Seiko logró varios avances mundiales, se creó el primer cronógrafo automático con fecha diaria del mundo y el cronometrador de velocidad deportivo Seiko 5. El calibre 6139 llevó a la muñeca la precisión del cronometraje deportivo de clase mundial con el uso de un embrague vertical que transmitía la energía al mecanismo del cronógrafo. Este sistema sigue siendo hoy día el estándar de referencia y es utilizado en todos los mejores cronógrafos porque previene que el segundero salte cuando se inicia el cronómetro.
Con tal historia, era normal que el equipo de Grand Seiko quisiera crear un movimiento cronógrafo. Sin embargo, los estándares de precisión, operatividad y legibilidad de Grand Seiko eran indudablemente altos y ninguna tecnología existente permitiría la creación de un cronógrafo que pudiera cumplirlos. La idea fue apartada durante muchos años hasta que, en 1999, se creó Spring Drive, un desarrollo que abrió nuevas oportunidades para un cronógrafo de lujo.
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Izquierda: Cronometrador de velocidad deportivo Seiko 5, lanzado en mayo de 1969, fue el primer reloj de cuerda automática del mundo con cronógrafo de fecha diaria. Este utilizaba el Calibre 6139.
Derecha: Grand Seiko SBGC003, lanzado en 2007. Este incorporaba el movimiento de cronógrafo Calibre 9R86 Spring Drive. Se aumentó su legibilidad situando de forma vertical los contadores de 30 minutos y 12 horas en el lateral de las 3 en punto de la esfera.
Llevando la tradición del cronometraje deportivo al campo de los relojes deportivos.
Un cronómetro mecánico de 1/10 de segundo utilizado en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. En el Cronógrafo Spring Drive Calibre 9R86, se utilizó el mismo sistema de operación de botón de dos fases para asegurar la máxima precisión.
El sistema de embrague vertical
El sistema de embrague vertical
La energía que alimenta el movimiento de la hora del día también impulsa funcionar el cronógrafo. Esta energía se transmite al mecanismo cronógrafo cuando se presiona el botón de inicio. La compañía inventó en 1969 su sistema de embrague vertical utilizando un resorte de disco en el Calibre 6139. Este previene que el segundero salte cuando se transmite la energía, y aumenta la precisión de la medición del tiempo transcurrido. Una nueva versión de este mecanismo tan exitoso fue utilizada en el Cronógrafo Spring Drive.