Desde el principio del proyecto, la precisión duradera formaba parte de la visión que el equipo tenía de Grand Seiko. Querían que el Grand Seiko fuera lo más «práctico» posible. Por «práctico» entendían, por supuesto, fácil de llevar, legible y con un bajo nivel de mantenimiento, pero también querían que Grand Seiko fuera práctico en el sentido de que su belleza fuera tan duradera como el propio reloj. La estética debía ser sobria pero llamativa, convencional pero reconocible. Una vez más, el equipo se había impuesto una tarea exigente.

Al igual que el movimiento, el diseño exterior del Grand Seiko estaba influenciado por los dos relojes importantes que habían tenido tanto éxito antes que él: el Lord Marvel y el Crown. El Lord Marvel nació de un concepto de diseño que se centraba en la practicidad,y presentaba elegantes agujas e índices horarios. El Crown, por su parte, combinaba la búsqueda de la precisión con unas agujas esbeltas que creaban un aspecto delicado y elegante. Grand Seiko combinó estos dos elementos en un diseño a la vez práctico y refinado.

Los índices y agujas multifacéticos con corte de diamante han sido posibles gracias a los cincuenta años de experiencia acumulada por Seiko en la fabricación a nivel propio. Los marcadores se colocaron en una esfera abovedada, que requiere un alto nivel de habilidad, pero que había sido durante mucho tiempo parte de la experiencia de Seiko. También se empezó a trabajar para mejorar la calidad del pegamento utilizado para fijar los cristales, así como la tecnología de chapado en oro, con el fin de aumentar la calidad y la durabilidad de todos los aspectos de los relojes. Se utilizó tecnología propia para reforzar la soldadura empleada para unir las sólidas asas a la caja y todos los detalles se pulieron a la perfección.